¿Quién me dará la sabiduría del Juez Justo?

Hoy abrazaré a mis seres queridos.

Señor, juzgo a mis hermanos y me lleno de soberbia y vanidad al pensar que soy el «elegido para separar los buenos de los malos» ¿y a mi quien me separará? ¿Quién me dará la sabiduría del Juez Justo? Soy quien condeno, quien ejecuto, según mí entender. Y también, quien da la misericordia del perdón y la salvación, pero en este caso según lo que he recibido de Tí. ¿Cuál juicio será el justo?: ¿el basado en mi juicio? O ¿el juicio apoyado en tu perdón, tu misericordia y tu salvación?

Me duele reconocerlo, pero tú sabes hasta mi último pensamiento, no quiero pedir perdón pues «Pedir» significa necesitar.

Mi señor Jesús, tú me enseña a pedirle perdón al Padre Nuestro diciéndole «Hágase, pues, tu voluntad y no la mía» y también a entregarle el perdón a quien quisiera ofenderme o está en deuda conmigo, a entregarle tu perdón a cambio de mi debilidad.

Al pedirle perdón a una persona le muestro mi debilidad, y con tu perdón mi fortaleza.

Al pedirle perdón a un grupo, como mi familia o mi comunidad, aunque lo interpreten como signo de sumisión, es la fortaleza de tu perdón, la humildad y misericordia la que recibo.

Tu perdón de Padre Eterno me abre el camino y el corazón entre tanto resentimiento social, entre tantos juicios que aplico a grupos de personas a quienes detesto.