¿Cómo Dios puede ayudarme?

Hoy quiero perdonar a nuestros hijos por la incomprensión, cuando nos han exigido lo que no podemos darles.

A pesar de que hemos visto su presencia, nos preguntamos muchas veces ¿Cómo Dios puede ayudarme?

Dios es Amor, entonces la pregunta sería cómo el Amor puede ayudarte. El Amor no convive con el Temor, así que podemos decidir mirar la realidad con Amor o con Temor, es decir expresar el Amor que nos sostiene o anima o negar su existencia. Amar es compartir la esencia de Dios, es reconocer que somos una expresión del Amor de Dios a imagen y semejanza. Somos su Amor sembrado en esta tierra y nuestra vocación es Amar, dar frutos de Amor y semillas de Amor. Así pues pídele que se exprese su Amor pleno de misericordia y sabiduría en ti

Si miras un cuadro muy bello ¿donde sientes la belleza?¿En el cuadro o en ti? Si comes un platillo delicioso ¿dónde sientes el gusto? ¿En el platillo o en ti?. Si te encuentras con un querido amigo ¿Dónde sientes la alegría?¿en el amigo o en ti?. Entonces al no mirar el Amor es porque no lo estás buscando en ti. Estás ocultando el Espíritu Santo que expresa la verdad, el camino y la vida que hay en ti. Una crisis o un conflicto se presenta por que no miras lo que está presente. Generalmente miras los efectos pasado que traen consigo rencores y resentimientos o el futuro como un velo negro que nos da temor. Al dejar de ocultar el presente descubres lo que es en verdad, pues no cambia. Descubres el camino que te conduce al Amor y la vida que es la creación del Amor. Así pues pídele que te ayude a mirar el Amor que te sostiene y que sostiene a tu pareja y desde ahí resolver el conflicto y la separación.

A Dios lo vas a encontrar en el presente ¿como pedir ayuda dirigiéndote al ausente? Sólo se puede modificar el cause del río en donde estás, ni antes ni después. Así entonces pídele al Señor que te guíe al presente para descubrir su presencia: el camino, la verdad y la vida. así podrás hacer la voluntad del Señor para modificar el rumbo de pareja hacia el Amor.

Tantas veces equivocamos el camino, ignoramos y contrariamos la voluntad del Amor. Pensamos que el Amor es nuestro sirviente a quien pedirle en nuestras necesidades y dolencias. Exigimos y negociamos que el Amor resuelva nuestros errores. Olvidamos que el Perdón es la llave para extender el Amor, sin pretender servirse del Amor, por el contrario sirviendo al Amor para habitar en su presencia. Pídele que te conduzca a ser una expresión viva del Amor, a encontrar el milagro del Amor, a sacrificar el conflicto al Amor en el altar de tu matrimonio.

San Pablo escribe a los corintios esta carta que también expresa lo que podemos esperar del Amor y como reconocer si estamos siendo expresión encarnada del Amor para transformar este mundo. Si hemos puesto la luz del Amor sobre la mesa o dentro de una olla.

«1º Carta a los Corintios, 13

Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.

Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy.

Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.

El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. 5.No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.

No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad.

Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.

El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado.

Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías también son algo muy limitado; 10.y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.

Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño.

Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.

Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor.»

Mírate presente en el relato del Evangelio según San Juan (20,19-31)

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».

Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes».

Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo.

Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.

Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!». El les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré».

Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».

Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe».

Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!».

Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!».

Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro.

Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.