Señor gracias por enseñarme a orar, es un diálogo contigo, donde regreso a tu presencia, descubro tu misericordia, tu perdón y me contemplo en ti Padre nuestro.
Gracias Señor por el milagro de cada día, es el regalo de la amistad que tienes para conmigo. Gracias por este tiempo y espacio donde descubro la vida que me entregas con tu Amor, pues tu eres el origen, el camino y el destino.
Estás en Mi vida
Así Puedo disfrutar esta vida en paz y con gozo, pues son dones que has puesto en mi espíritu.
Quiero Descansar en tus brazos y sentir la paciencia, el auto-control y la fidelidad que me entregas al acunarme. En mi corazón miro como surge tu bendición de amabilidad, misericordia y perdón. Tu Espíritu Sato sostiene y nutre los instantes de mi existencia.
Al compartir el Amor me animas el espíritu, descubro que soy expresión de tu Amor de Padre Nuestro. Somos tu Amor encarnado y nos has confiado la vocación de crecer, florecer, dar frutos y esparcir las semillas de Amor. La misión de transformar la vida con el Amor que nos procuras cada día.
Feliz soy e ti, en este día que comienza el resto vida.
Señor en este día comienza el tiempo que he de recorrer, ayúdame a tener mi alma siempre abierta a tu Espíritu Santo. Sea tu luz y sabiduría mi guía para hacer tu voluntad, para Amar con el Amor que nos creas y nos arropas en el camino a tu hogar.
Gracias por cada milagro que nos entregas. Todas tus expresiones de Amor son Máximas y me pesa no reconocerlas. Cada noche muestra el Universo de las estrellas que guía al caminante. Cada día despunta el sol alienta a la naturaleza. Cada persona es tu bendición encarnada en la tierra. Cada rocío y tormenta son tu sabiduría para saciar la sed del mundo.
Acompáñame
¿Cuánto nos falta Señor? En ti está a abundancia y las bendiciones de tu caridad.
Señor de Misericordia perdónanos por no entregar tu abundancia, bendiciones, perdón y misericordia. Perdona por cerrar nuestra mano empuñando separación y temor. Perdona por limitar nuestros pasos hacia nuestras necesidades y olvidar acudir a las necesidades del doliente. Perdón por buscar el brillo del oro y olvidar la luz de tu Espíritu Santo. Perdón por ensordecernos con el ruido y dejar de escuchar el lamento que nos invita a Amar. Perdón por proferir condenas y silenciar el Amor que sembraste en los corazones de la humanidad.
Hoy comienza el camino y tu eres el camino presente.
Hoy comienza la vida y tu eres la vida del cielo.
Hoy surge la verdad pues tú eres la Verdad.
Desde este presente transformamos nuestro pasado y le damos rumbo al destino.
Te pido
Pero Señor no permitas que oculte este día con los rencores y resentimientos del pasado.
No permitas que el temor se apodere de este día y oculte la fe y la esperanza de mirarnos en tu presencia.
Hoy es el único espacio y tiempo donde puedo encontrarte y recibir tu perdón para perdonar y transformar mi pasado y darle rumbo a mi destino, hacia tu Amor.
Señor que cada paso sea tu Espíritu Santo la fortaleza en mi debilidad.
Que tu Cuerpo y Sangre Sacramentado sea mi alimento de Amor para compartir la plenitud tu presencia.
Que en el universo que creaste descubra el abrazo que me rodea y sostiene con todos y todo.
Quiero habitar el Cielo, donde estás, donde estoy, especialmente en este día que tu me regalas de camino, verdad y vida para animar mi espíritu con tu Amor.
Amen
Miro tu palabra en el evangelio según San Marcos (8,14-21).
Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca.
Jesús les hacía esta recomendación: «Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes».
Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan.Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida.
Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan
cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?». Ellos le respondieron: «Doce».«Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?». Ellos le respondieron: «Siete».
Entonces Jesús les dijo: «¿Todavía no comprenden?».