Ama a tu pareja

En este número tenemos la tarea de  Amar a tu pareja, tal vez parezca difícil para tu mente, tus emociones pretenden alejarte, el cuerpo parece negarse y hasta los comentarios de la gente piden la separación. Sin embargo, si en el principio hubo enamoramiento, te tengo una buena noticia: Están unidos en el Amor.

Confía en el Amor que alienta tu espíritu donde se anida la presencia del Espíritu Santo. Dios es Amor y su Amor sabrá guiarte y llevarte a la plenitud de Amar.

Mira el Espíritu Santo en tí, es el Amor del Padre en el Hijo. Es el Amor que Jesús comparte con nosotros para que lo extendamos. Así cuando damos amor lo recibimos. Por eso Ama a tu pareja.

Aquí te dejamos algunos consejos

Juan Manuel D'Acosta L.
Consejero en Misión de Amor
Terapia personal y de pareja
Cel/Whatsap +52 (1) 734 1295 201

El Amor viene a tu encuentro

En este número tenemos la tarea de descubrir
la presencia del Amor de Jesús
que viene a nuestro encuentro.

Boletín en Misión de Amor
1-28 ene 2019

El Amor viene a tu encuentro

Consulta a tu consejero terapeuta.
Te ayudará a ordenar y entender tus diferentes sentimientos y problemas.
Así aprendes cómo manejarlos en tu vida diaria

Juan Manuel D’Acosta
Consejero Terapeuta en Misión de Amor
Terapia personal y de pareja en
Cel/Whatsapp +52 (1) 734-1295-201


El Amor ¿se acabó?

Una de las expresiones que escucho cuando doy terapia de pareja es: “El amor se acabó”. Cuando escucho esto me duele que la idea que tenemos del Amor sea tan limitada. De hecho, cada vez que escucho esta expresión le pido al Señor que nos perdone. Resulta triste matar el Amor, pues Dios es Amor.

Esta expresión que “el amor se acabó” significa que la presencia de Dios en su vida se acabó.

Dios es Amor

Dios es el Amor que viene a nuestro encuentro, somos su expresión de Amor encarnada en esta tierra. El Amor es nuestro origen, nuestro camino y nuestro destino. El amor es lo que en verdad podemos dar.

Dios Amor, el Padre nuestro, se encarna por medio de Jesús, el nos demuestra que el Amor viene a nuestro encuentro, nos confirma cuánto Amor nos tiene y quiere liberarnos de nuestros pecados.

Pero entonces ¿Cuál es la origen del pecado? ¿De que viene a liberarnos? Pues el pecado es la negación del Amor, la negación de la voluntad de Dios, la negación del Espíritu Santo, el Espíritu Santo es el Amor del Padre en el hijo y del hijo en todos nosotros.

El Amor nos une

El Amor es lo que nos une a Jesús, por eso en Nazaret cuando le presentaron el libro del Profeta Isaías y abriéndolo encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí consagrado por la unción, me envió a llevar la buena noticia a los pobres a anunciar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos. Traer la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.

Cerró el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó en la sinagoga tenían los ojos fijos en el Entonces comenzó a decirles hoy se ha cumplido este pasaje de la escritura que acaban de oír esto es palabra del señor noticias. Según San Lucas (Lc1,1-4.4,14-21)

San Pablo (Corintios 12,12-30) considera que el Espíritu es lo que nos une. El espíritu es el Amor y ese Amor es el que hace de familia sea un sólo cuerpo que se compone de muchos miembros: esposa, esposo y los hijos. Así como uno es marido y otro es hijo son un cuerpo familiar. Por eso no es posible la separación, es como si el pie dijera a la mano que no forma parte del cuerpo, de todas maneras seguiría siendo parte de el cuerpo.

Entonces cuando una pareja, según las leyes del hombre, diría que no es parte del matrimonio seguirá siendo el cuerpo de la familia. Y si el oído dijera ya que no soy ojo no formó parte del cuerpo como cuando los padres se divorcian dejarían de ser sus padres.

Todos funcionan en la familia

Dios ha dispuesto una función a cada uno de los miembros del matrimonio en la familia. Si todos fueran un solo miembro ¿donde estaría el cuerpo? ¿el esposo o la esposa? donde estaría la familia. Hay muchos miembros pero el cuerpo es uno sólo. Hay muchos miembros, pero la familia es parte del plan que Dios que ha dispuesto los miembros del cuerpo de familia. “Más aún, los miembros del cuerpo que consideramos más débiles también son necesarios, y los que consideramos menos decorosos son los que tratamos más decorosamente. Así nuestros miembros menos dignos son tratados con mayor respeto, ya que los otros no necesitan ser tratado de esa manera. Pero Dios dispuso el cuerpo, dando mayor honor a los miembros que más lo necesitan a fin de que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros sean mutuamente solidarios“.

¿Un miembro sufre? Todos los demás sufren con él. ¿Un miembro es enaltecido? Todos los demás participan de su alegría.

Somos el Cuerpo de Cristo

Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular miembro de ese cuerpo. En la familia en primer lugar han sido establecidos por Dios como esposos, papás, hijos. ¿Acaso todos son papá? ¿acaso todos son mamá? ¿acaso todos son esposo? ¿acaso todos son esposa? ¿acaso son todos hijos? pero cuando uno tiene diferentes dones. Uno puede tener el don de curar, otro tendá el don de las lenguas, entonces la familia tiene el don de las lenguas o de interpretarlas a través de uno de sus miembros, porque en el plan de Dios somos uno y el Espíritu que el Jesús nos comparte es para consagrarlo, llevar la buena noticia especialmente a quienes viven con nosotros y tienen carencias, para anunciar la liberación a quienes están cautivos del mal en pensamientos, palabras y obras, y que los hacen mirarse separados de la familia. El Espíritu del Señor ha venido a traer la vista a los ciegos, está en nosotros para dar testimonio de que Jesús se expresa su Espíritu Santo a través de en nosotros para dar la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos…

El Amor siempre vive en nosotros

Muchas veces nosotros estamos ciegos y no miramos el Amor, pensamos que se acabó la libertad, que hemos perdido el Amor al sentirnos oprimidos unos a otros. El Señor Jesús ha venido para que compartamos su Espíritu, su Amor, para darle libertad a los oprimidos, especialmente en nuestra familia, en nuestra pareja, en nuestros hijos dentro de la bendición de la familia.

Medita en ésta expresión de Amor del Señor, que quiere mostrarse a través tuyo. Permite que su Amor se exprese, no lo ocultes tras rencores, resentimientos y temores. Haz cómo lo hizo la Santísima Virgen María en la anunciación, pregúntale ¿cómo será posible esto?

 

Juan Manuel D'Acosta L
Consejero en Misión de Amor
Terapia personal y de pareja
Cel/Whatsap +52 (1) 734 1295 201

¿Cómo Dios puede ayudarme?

A pesar de que hemos visto su presencia, nos preguntamos muchas veces ¿Cómo Dios puede ayudarme?

Dios es Amor, entonces la pregunta sería cómo el Amor puede ayudarte. El Amor no convive con el Temor, así que podemos decidir mirar la realidad con Amor o con Temor, es decir expresar el Amor que nos sostiene o anima o negar su existencia. Amar es compartir la esencia de Dios, es reconocer que somos una expresión del Amor de Dios a imagen y semejanza. Sigue leyendo «¿Cómo Dios puede ayudarme?»

Oración en la Pasión de Cristo

man in white dress shirt wearing brown beaded necklace
  • «Vive hasta perder el aliento y vive en el aliento del Amor»

Señor, vives siempre y no pierdes el aliento, eres aliento en mi vida. Tu pasión continúa, te miro en tantas ocasiones mostrándome el ánimo, tu Amor se extiende y renueva cuando te contemplo, cuando te miro en mi prójimo y te acepto en mí. Sigue leyendo «Oración en la Pasión de Cristo»

Miércoles de ceniza significa: Inicia la limpieza profunda

Aunque muchos planean su viaje de Semana Santa para descansar, otros descansan limpiando la basura acumulada en la historia personal, para resucitar en el Amor. En la liturgia de la iglesia católica hay dos momentos para limpieza de la conciencia: El primero es el adviento, preparándose para recibir la vida que viene del Amor. El segundo tiempo es la Cuaresma y se inicia con el Miércoles de Ceniza.

Ama también a tus enemigos

Queridos hermanos y hermanas: El mensaje del Evangelio de este domingo lleva consigo un contenido rico en enseñanzas de vida para los cristianos. La enseñanza es profunda y novedosa: Jesús invita a sus discípulos a amar a los enemigos.

Tal enseñanza era desconocida por el mundo judío y extraña para el mundo griego. Era una novedad que expresaba el amor con el que Dios ama a los hombres.

El Evangelio nos invita a aspirar a la perfección y nos presenta la radicalización más clara y total del ser del hombre. Se nos invita simple y complejamente a amar a nuestros enemigos, a hacer el bien a los que nos odian, a no odiar al hermano ni en lo secreto del corazón, a no vengarnos y guardar rencor y a rogar por los que nos persiguen y calumnian para ser verdaderos hijos de nuestro Padre celestial.

La ley del Talión: Ojo por ojo, diente por diente, es una ley que nació para limitar la venganza indiscriminada de los pueblos orientales en aquellos tiempos. Jesús conoce esta ley y quiere romper con esa espiral de violencia que se genera al responder con la misma moneda. Jesús opone al instinto de venganza, la no violencia como respuesta activa; a la brutalidad, la bondad; al egoísmo, la generosidad.

Jesús  nos está presentando su proyecto de hombre perfecto. Su enseñanza, en realidad, puede ser dimensionada como una exigencia en mucho superior a la Ley de Moisés y a cualquier tipo de legislación. Desde un juicio humano, ecuánime y sincero, esta invitación a no vengarnos del que nos hace un mal, a darle al que nos pide, a no darle la espalda al que quiere un préstamo y a orar por los enemigos pueden y deben ser considerados como una especie de caminos difíciles de transitar y como preceptos no fáciles de practicar, sin la ayuda y la gracia de Dios.

Como podemos percatarnos, el humano que Jesús concibe es un ser humano al que le es exigido mucho más que a nadie (puesto que las exigencias que sobrevienen con el amor y con la misericordia de Dios son las exigencias más radicales), pero simultáneamente, y aunque pueda parecer contradictorio, a este hombre también le es exigido mucho menos que a nadie: pues el único precepto que se le da es el mandato del amor, y el Amor no es otra cosa sino la más profunda verdad que Jesús nos ha enseñado sobre el hombre, y la más radical de las exigencias.

No olvidemos que el Amor es el distintivo fundamental de toda persona humana: sólo el ser humano es capaz de amar. Amor verdadero es el amor humano y amor eminente es el amor divino. Se trata de un amor que ennoblece a Aquel que lo da y que enriquece a aquel que lo recibe. Y es que el ser humano cuando ama se parece más a Dios. Jesucristo es el profeta del amor.

Para conocer qué es el amor verdadero, cuáles son sus características y cuáles son sus cualidades, es necesario ver a Jesús, su vida y su conducta. Jamás las palabras dirán tanto sobre el amor como aquello que nos enseñan los hechos.

En Cristo hemos comprendido que el amor, en su sentido estricto, es la entrega personal y desinteresada a favor de otra persona, y con ello hemos comprendido que el Amor se manifiesta a través de las obras y del bien.

Si se nos invita a amar a nuestros enemigos, ¿qué tendremos entonces que hacer con aquellos que no son nuestros enemigos sino nuestros amigos y familiares? Si se nos invita a devolver un bien por un mal, ¿qué tendremos que hacer con aquellos que nos hacen el bien diariamente?

Un enemigo es el que quiere destruirnos y permanentemente nos hace el mal. No es alguien que nos trató mal o nos hizo sentir mal. Nosotros, muchas veces, nos detenemos, permítanme decirlo así, en tonterías, en descuidos, en faltas de atención, en torpezas en las relaciones humanas y en la comunicación. ¡A mí no me grita nadie! ¡A mí nadie me habla así! ¡Conmigo te topas! ¡A mí, él que me la hace me la paga y al doble! Sí, hermanos y hermanas, hoy tenemos que reconocer con humildad que el orgullo en el ser humano es una pasión grande que brinca por todas partes y que tenemos que someter, amando a todos sin distinción alguna.

Refiere un pensamiento anónimo que amar:

Es el silencio, cuando nuestras palabras pudieran hacer daño

Es la paciencia, cuando nuestro prójimo se muestra áspero

Es la sordera, cuando se extiende el escándalo

Es la consideración, hacia las tribulaciones ajenas

Es la presteza, cuando nos llama el deber

Es el valor, cuando estamos abatidos por el infortunio.

Puedes entonces preguntarte: ¿Para qué te ha puesto Dios nuestro Señor al enemigo en las manos? ¿Para matarlo? ¿Para acabar con él? ¿Para aniquilarlo? ¿Para que sacies tu sed de venganza? ¿O te lo pone al alcance de la mano para que le ofrezcas amor y ayuda?

Por ello dice el Evangelio:

Amen a sus enemigos

Hagan el bien a los que les odian

Bendigan a los que les maldicen

Oren por los que les injurian.

El Señor no tan sólo nos está invitando a dejar pasar al enemigo sin hacerle nada, sino que se trata de encontrarnos con él y no le dejemos ir sin hacerle algo, el bien. Debemos entonces comprender que un buen cristiano no es aquel que no hace mal a nadie, sino aquel que hace el bien a todos sin distinciones, aún a los que le odian.

Termino esta reflexión dominical recordando a Francis Bacon, el filósofo inglés no el pintor, cuando refiere en uno de sus célebres pensamientos que: "Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonando, amando uno se muestra superior a él." Pero, en la apreciación cristiana, no se trata de la superioridad de alguien que pudiera sentirse orgullosamente virtuoso y digno de ser imitado, sino que se trata de la superioridad que acompaña a alguien que ha logrado acceder a la gracia de Dios para que así podamos aspirar a la perfección porque nuestro Padre celestial es perfecto.

Finalmente recordemos lo que dijo el Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, en su mensaje del 1 de enero de 1997:

"Es verdad que no se puede permanecer prisioneros del pasado: es necesaria, para cada uno y para los pueblos, una especie de purificación de la memoria, a fin de que los males del pasado no vuelvan a producirse más. No se trata de olvidar todo lo que ha sucedido, sino de releerlo con sentimientos nuevos, aprendiendo, precisamente de las experiencias sufridas, que sólo el amor construye, mientras el odio produce destrucción y ruina. La novedad liberadora del perdón y el amor debe sustituir a la insistencia inquietante de la venganza. Pedir y ofrecer perdón es una vía profundamente digna del hombre y, a veces, la única para salir de situaciones marcadas por odios antiguos y violentos".

Porque, si ustedes aman sólo a los que los aman ¿qué hacen de extraordinario? No hacen eso mismo los publicanos. Y si saludan sólo a sus hermanos ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto. Así sea. .

Escrita por:
Pbro. Armando De León Rodríguez


 

Evangelio del domingo día 19 febrero, 2017

Evangelio: Mateo 5:38-48

38 «Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.39 Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra:40 al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;41 y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.42 A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.43 «Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?47 Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?48 Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.

 


Definición de perfección

Si queremos conocer, en primer lugar, el origen etimológico del término perfección, tenemos que irnos, simbólicamente hablando, hasta el latín. Y es que deriva de la palabra “perfectio”, que puede traducirse como “la acción de dejar algo acabado” y que se encuentra compuesta por tres partes diferenciadas:
-El prefijo “per”, que es equivalente a “por completo”.
-El verbo “facere”, que es sinónimo de “hacer”.
-El sufijo “-ción”, que se usa para indicar “acción y efecto”.

Perfección es un concepto que se refiere a la condición de aquello que es perfecto. Lo perfecto, por su parte, es lo que no tiene errores, defectos o falencias: se trata, por lo tanto, de algo que alcanzó el máximo nivel posible.

La idea de perfección puede variar de acuerdo a la concepción filosófica. Para los católicos, lo único perfecto es Dios: no existe perfección fuera de Él. En este sentido, es imposible alcanzar la perfección en ninguna acción o creación del ser humano.

Es posible, sin embargo, afirmar que algo ha alcanzado la perfección cuando se desarrolla tal cual estaba previsto. En este caso, la perfección se asocia a un objetivo cumplido, sin que se registren fallos.

Autores: Julián Pérez Porto y María Merino. Publicado: 2013. Actualizado: 2015.
Definicion.de: Definición de perfección (http://definicion.de/perfeccion/)