¿Quieres saber por dónde?

Hoy consolaré hablando del milagro que hace Dios al acompañarnos en la vida.

Alma mía, tu corazón está desanimado y tu camino confuso ¿qué estás esperando que pase? Tal vez te ayudaría un milagro, un favor del Señor que resolviera todo. Tal vez ni se lo has pedido. Tal vez ni siquiera lo has tomado en cuenta para animarte.

Es muy sencillo decir: “Creo en Dios” y pretender que hasta lo queremos. Cuando pensamos en Dios, es pensando que es un ser invisible todo poderoso. Que domina el rayo y la tormenta. Hace la creación a su voluntad. De alguna forma hay quienes saben pedirle sus favores y dicen que se los conceden, pero en ralidad son sólo casualidades.

¿Quien te crees?

Alma mía crees sin creer. En lugar de decir el credo dices creo sin reconocer lo que de tu boca sale. Creo en Dios Padre todo poderoso. Creo que Jesús es su único Hijo. Creo en el Espíritu Santo. Pero crees que tu eres “todo poder”. Que una buena plática motivadora es suficiente para hacer tu voluntad en donde sea y mereces el honor y la gloria… Por eso has perdido el camino.

A ver, alma mía, tu mente es prodigiosa, tienes buenos sentimientos, sabes usar el cuerpo y relacionarte (las relaciones son la base del éxito) pero has olvidado iluminar la vida con tu espíritu. Eso es de padrecitos y de viejitas que, según tu, andan más perdidos que nada.

En verdad ya tienes el camino y la vida . Que es diferente a sentirte que todo es por causa de los demás y gracias a tus habilidades resuelves el día a día, que va a tener riqueza, poder y reconocimiento..

Luser

Sufres porque todo tu esfuerzo es tener y siempre necesitas más, conforme pasas al siguiente nivel. Siempre hay alguien que tiene más y desprecias al quien tiene menos por ser un “luser”(perdedor), cuando en realidad tu estás perdiendo el tiempo para ir y tener lo que otros dicen que es “neta”.

Pero te tengo una buena noticia. Eres una expresión de amor de Dios Padre. Su Espíritu Santo se expresa en tu espíritu entregándote: amor, paz, paciencia, dominio de ti, gozo, amabilidad, generosidad. Antes que buscar el reconocimiento de otras personas, reconócete a ti misma, esos dones están en tu espíritu, son un regalo desde el día que fuiste concebida y están presentes en ti por el Espíritu Santo, Señor y dador de vida.

2016-01-18 18.39.25Por donde

El primer paso en el camino es tu reconocimiento. Deja de pensar que eres lo que tienes, reconoce que eres un Amor del Señor, por quien vale la pena entregar la palabra, el testimonio, el sacrificio, la muerte de cruz, la resurrección para que sepas por donde. De eso se trata el evangelio, de eso trata la buena noticia de saber por donde. Para eso las personas van a misa, al sagrario, a la lectura de la biblia y reciben a Cristo en los sacramentos. Pues Cristo es el camino, la verdad y la vida. Verdad que te hará libre. Sólo acepta levantarte del tener que te paraliza y se tu misma. La verdad te hará libre. Sigue el camino del evangelio como un manual de vida, pues quien cree en Cristo tendrá vida.

Ahora ya lo sabes, no esperes a que te echen las cartas, te hagan una limpia o cosas así. Eres hijo del Altísimo. Cristo se comparte contigo por medio del bautismo para que seamos en Él y con Él, el cuerpo místico que extiende el Amor pues es lo que en realidad somos en el camino, la verdad y la vida. Has oración platicando al Señor de tu vida. Medita en Su presencia, contémplate en Su existencia y sobre todo perdona  y así verás que tu vida si encuentra por donde.

Lee y descubre en la buena noticia, en este caso del testimonio de San Lucas (16,19-31).

Jesús dijo a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes.

A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro,

que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.

El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.

En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.

Entonces exclamó: ‘Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan’.

‘Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.

Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí’.

El rico contestó: ‘Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre,

porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento’.

Abraham respondió: ‘Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen’.

‘No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán’.

Pero Abraham respondió: ‘Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'».

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